Leña cortada y abierta para estufas y chimeneas

Trucos para elegir la mejor leña

Una estufa de leña no puede ser mejor que la leña que quemamos en ella. Distintos tipos de leña tienen distintos comportamientos - algunos arden casi sin llama y se convierten en carbones, otros tipos arden rápidamente y con intensidad, pero todos tienen un factor en común, la leña debe estar lo más seca posible. Este factor es el que nos garantiza el mejor calor, la mayor facilidad de encendido del fuego, y facilita quemar la leña con mayor respeto por el medio ambiente.

Cita de Lars Mytting, autor de "Hel ved" (El libro de la madera)

Si la leña no está seca, el calor en la estufa de leña se emplea en evaporar la humedad, y las emisiones de partículas y polución se elevan. Ignore cualquier concepto trasnochado de que la leña debe estar un poco húmeda. Lo ideal es tener el menor grado de humedad posible. El requisito mínimo en el mercado para poder decir que la leña está seca es del 20%, pero no es ningún problema bajar este porcentaje al 14-15% en un clima normal, y esta rebaja en el contenido de humedad se nota, y mucho.

La combustión de leña es neutra con respecto al CO2 y constituye gran parte de la calefacción residencial en Noruega. Hoy, calentarse quemando leña ya no tiene que ver el humo y con viejas estufas llenas de grietas, sino con modernas tecnologías de combustión, buena calidad de leña, y responsabilidad medioambiental. Al mismo tiempo, las estufas de leña modernas, con puerta de cristal ofrecen más y mejor contacto con la magia del fuego. La calidad de calefacción de una estufa de leña no tiene comparación - nos ofrece una penetrante sensación de calor por radiación en la piel, y una rápida calefacción de la habitación. La visión de las llamas nos da tranquilidad y un espacio para la reflexión, y no es de extrañar, porque el calor del hogar ha sido el punto de reunión para el ser humano durante miles de años.

Ver una pila de leña nos transmite seguridad, y cuando sientes por primera vez la acogedora sensación del calor de una estufa de leña, sabes que puedes afrontar el invierno con seguridad.

Lars Mytting

Pero muchas de las ventajas de calentarse con una estufa de leña no son visibles sin no se emplea la calidad de leña adecuada. Es fundamental para una satisfactoria cultura de leña, poner el acento en la compra y almacenamiento de leña. Cortar tu propia leña es posible en gran parte del país lo que nos da acceso a una fuente de energía muy barata. En cualquier caso, mucha gente no tiene esta posiblidad, y este artículo está dirigido a aquellos que compran su leña.

Comprar la leña pronto

Lo más importante es comprar la leña lo antes posible .Vivimos en Noruega, y el invierno comienza pronto cada año, incluso aunque intentemos olvidarlo. Igual que las ruedas de invierno el día de las primeras nieves - es más seguro y de sentido común estar preparado. No hay razón alguna salir corriendo a la gasolinera más cercana a comprar pequeñas bolsas de leña a precios ridículamente caros. Sea previsor, y contacte con un proveedor de leña profesional durante la primavera. Hay muchos en Noruega y son profesionales. El acopio temprano de leña antes de la temporada de invierno beneficia a todos. Los precios son normalmente más baratos, la leña es más fácil de conseguir y repartir, y el proveedor tendrá tiempo de reabastecerse de leña.

Comprar en gran cantidad

Esto nos lleva a otro punto: comprar mucha leña. A ser posible, tanta como pueda almacenarse. Si el espacio es limitado, una buena alternativa es acordar un suministro con nuestro vendedor de leña. Cuando se acabe, hay que hacerse con más, o inevitablemente recurrir a otro tipo de calefacción más cara de mantener. En la era de internet, estamos acostumbrados a obtener cualquier cosa, en cualquier momento y lugar, pero en este caso, cuando las fuerzas de la naturaleza entran en acción y todo el mundo tiene frío, todo el mundo quiere leña, y lo normal es que no haya para todos.

No sería la primera vez que los almacenistas de leña se quedan sin suministro durante los inviernos más crudos. Es fácil convertirse en víctima de aquellos que quieren sacar provecho subiendo el precio la leña al mismo ritmo que las temperaturas bajan por debajo de cero.

Nuestro consejo es ser previsor, acumular suficiente suministro de leña, y no esperar a que la leñera se quede vacía para volver a llenarla.

Estimar el consumo

Hay que tener en cuenta que calentarse con fuego de leña es positivo. Si se quema leña de la manera correcta para que la contaminación sea mínima, la combustión de leña es neutra en el ciclo del CO2 y supone una solución al difícil problema del suministro energético. El objetivo de las autoridades en toda Europa es doblar la utilización de bioenergía, y en la mayoría de los casos, la calefacción por biomasas como la leña es una las alternativas más asequibles y prácticas. Nuestros bosques crecen de manera natural más de lo que se consume o tala de ellos para materiales o leña para calefacción. Así que la próxima vez que la red eléctrica se sature y los precios suban en la temporada de invierno, en lugar de encender un calefactor, eche un vistazo a su pila de madera y piense que aunque igual es demasiado grande, al menos no está vacía. Además, una pila de leña es decorativa, y después de un invierno suave, puede guardarse para el invierno siguiente.

Almacenar en lugar seco

Y esto nos lleva a otro punto fundamental: el almacenamiento. Hay muchas formas posibles de almacenar la leña, de simples pilas de leña a grandes esculturas. Aquí solo trataremos los aspectos que afectan a la calidad de la leña, lo que supone almacenar la leña en un lugar ventilado y protegido de la humedad. Nuestra leña debe estar elevada, separada de la suciedad del suelo y protegido de lluvia y nieve con un tejadillo. La leña absorbe el agua de lluvia con rapidez y si permanece en entornos húmedos, se vuelve mohosa, lo que reduce sus propiedades de combustión. El mismo principio se aplica a la leña verde cuando la queremos secar nosotros mismos, en ese caso lo más importante es apilarla de manera libre con circulación de aire por los cuatro costados. No es ingeniería nuclear secar la leña adecuadamente siempre que se corte y apile temprano en primavera, incluso con nieve todavía en el suelo. El bajo nivel de humedad del aire secará la leña sorprendentemente deprisa - normalmente en un plazo de solo tres meses. El sol y el calor son solo dos factores, pero lo que realmente asegura el secado de la leña es el viento y para ello el aire debe poder circular y atravesar nuestra pila de leña durante el secado.

Lo que no funciona

Tras el secado de la leña - o si la ha comprado ya seca - es buena idea guardar la leña en un lugar seco y fácilmente accesible durante el invierno. Si lo pensamos con antelación, podemos evitar esos fríos paseos en camiseta y zapatillas de ir por casa de camino a la pila de leña en una oscura noche nevada.

Lo que nunca funciona como almacén de leña son las leñeras improvisadas como son las que están :

  • preparadas pero solo a medias
  • preparadas hasta tener una idea mejor
  • preparadas hasta que se tenga más tiempo o salga el sol
  • construcciones tipo tienda de campaña hechas con plásticos o lonas
  • combinaciones de lo anterior

Especialmente en casas de vacaciones a lo largo de la costa se ven muchos feos ejemplos de todas estas categorías con el común denominador de haberse derrumbado bajo el peso de la nieve o en las que la lona se ha rasgado, o las dos cosas. No hay remedio, en cuestión de pocos meses la leña se estropea. El problema no es solo que la leña se humedezca, sino que también la naturaleza pronto comienza su proceso de descomposición. El abedul es especialmente vulnerable al moho y los hongos e independientemente del tipo de madera, los organismos grandes y pequeños, como carcoma y gusanos, con el tiempo proliferarán en la madera y todo la belleza de la leña desparecerá.

Lo que sí funciona

Afortunadamente, todo esto es fácil de evitar. Si el espacio lo permite, una leñera independiente con buena ventilación es lo ideal. En muchas viviendas, la alternativa más realista es almacenar la leña en un lugar de poco uso durante el invierno, como un porche o galería abiertos. Una lona alquitranada puede ser útil como tejadillo durante un cierto tiempo, pero nunca envolviendo la leña de manera que no pueda respirar, incluso aunque esté seca. Es mejor almacenar la leña bajo un alero o preparar un tejadillo inclinado desde la fachada. El tejado puede tener una bisagra para hacer el espacio más versátil y plegarlo cuando no sea necesario. La mejor manera de almacenar la leña pequeña de encendido (menos de 30 cm) es en una bolsa.

Si existe la posibilidad de un cobertizo-leñera temporal independiente, puede hacerlo rápida y fácilmente con europallets y planchas metálicas. Las medidas estandarizadas de los pallets son 120x80 u 80x60, excelente para longitudes de madera estándar. Los pallets se utilizan como suelo y paredes y tablones colocados en diagonal en la parte posterior confieren rigidez a la construcción. Las planchas metálicas servirán para el tejadillo. Seis pallets grandes permiten almacenar dos metros cúbicos de madera y, dado que son del mismo color que la madera, tampoco se ven tan mal. Hay muchas variaciones que se pueden construir según necesidad o estética; la mayoría de las variantes funcionarán, siempre que el techo sea duro y firme y la construcción lo suficientemente sólida para soportar el viento y la nieve. Un tejadillo amplio es siempre una ventaja para evitar la lluvia y la nieve.

La vista de una pila de leña nos da sensación de seguridad, y cuando sientes en tu piel la cómoda y acogedora sensación del calor que da la leña ardiendo en la estufa, sabes que puedes afrontar el invierno con una expectativa diferente y mejor que antes. Parte de esta alegría es esa sensación de tener todo en orden, de estar en sintonía con las estaciones. Que tengas suficiente leña y que sea buena madera. Un poco de planificación da sensación de control, que puede estar en sintonía y vivir con las estaciones. Ya no es problema que el frío haga estragos afuera, mientras que la fuente de calor más antigua conocida por el hombre está chisporroteando tranquilamente en tu chimenea.

La leña y calentarse quemando leña en una estufa o chimenea pueden ser tanto una pasión como una ciencia. El autor de este artículo, Lars Mytting, publicó "Hel ved" en 2010, que examina la historia cultural de la madera y la madera desde que brota hasta que se convierte en ceniza. El libro ha sido impreso más de 145.000 copias y ha sido traducido a varios idiomas.